Natalia Sosa Ayala, “una voz de resistencia”, protagoniza el Día de las Letras Canarias 2021

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Como cada 21 de febrero en Canarias se celebra el Día de Las Letras Canarias, una conmemoración a todos los escritores y escritoras que a lo largo de la historia del archipiélago han contribuido a la construcción de nuestra identidad y habla a través de la literatura. Este año será dedicado a la escritora grancanaria Natalia Sosa Ayala (1938-2000), poeta fundamental en la biblioteca de autores canarios. El Gobierno autónomo le rendirá homenaje el próximo miércoles 24, con un Acto Institucional y la organización de varias actividades, que también se podrán disfrutar en streaming.

El acto institucional tendrá lugar a las 20:00 horas en el Teatro Guiniguada en Las Palmas de Gran Canaria. Previamente, se realizarán otros eventos relacionados con la figura de la autora como una mesa redonda con jóvenes autores, que tendrá lugar a las 11:00 horas en este mismo escenario, y la presentación del libro ‘Soy éxodo y llegada’, sobre la segunda parte de la vida de la autora, en la Casa de Colón a las 18:00 horas.

La asistencia es abierta al público hasta completar aforo, si bien es necesario retirar invitaciones (máximo dos por persona), disponibles en la taquilla del Teatro Guiniguada desde mañana, jueves 18 hasta el mismo día del evento (excepto domingo y lunes). En el caso de la presentación de libro, la inscripción se realizará a través de la web de la Casa de Colón. Asimismo, se podrá acceder a todos ellos a través del canal de YouTube de Apúntate a la Cultura y de Facebook ‘Día de las Letras Canarias’, ambas gestionadas desde la Viceconsejería de Cultura, donde se emitirá en streaming.

Serán las primeras actividades de una amplia programación que se prolongará durante todo el año, y a la que se suman Gobierno, cabildos, ayuntamientos y entidades públicas y privadas de toda la geografía canaria.

El Gobierno de Canarias ha instituido desde 2006 la celebración del Día de las Letras Canarias, que se realiza cada 21 de febrero. La elección de esta efeméride como fecha conmemorativa obedece a que ese mismo día del año 1813 tuvo lugar el fallecimiento de José de Viera y Clavijo, que constituye un claro exponente de las letras canarias. Cada año, además de la figura del polígrafo ilustrado, se le dedica un homenaje especial a un autor o autora, cuyos méritos la comunidad canaria desea poner de relieve, fomentando el conocimiento de su vida y obra.

Una voz rebelde durante el franquismo

Como ocurre con la mayoría de las poetas, Natalia Sosa Ayala no fue una mujer al uso. Mujer, escritora y de convicción de izquierdas en la España franquista. Como apunta Blanca Hernández Quintana, doctora de Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid, a propósito de una identidad perseguida “como a otras escritoras de la época, que tratan de crear su subjetividad a través de la escritura y van a contracorriente accediendo a un mundo, la cultura y la escritura, prohibidos para ellas”.

A pesar de aquel contexto en el que la educación de la mujer era orientada hacia la formación en las labores domésticas, Sosa Ayala logró publicar regularmente tanto en prensa escrita como en editoriales. También se sumergió de lleno dentro de la sociedad artística de la época. Durante su juventud viajó, trabajó, aprendió a hablar varias lenguas y fue autónoma económicamente. Nunca se casó, y dedicó sus 62 años de vida a la creación de una obra en la que la búsqueda de la identidad o el sentimiento de desolación ante la idea de saberse a contracorriente son temáticas constantes en sus escritos. A través de metáforas y lenguaje cifrado, la poeta logró expresar su mundo interno y convicciones pudiendo saltar con discreción la censura de la época sin ponerse en peligro.

La obra de Sosa Ayala abrazó todos los géneros literarios. Quizá la poesía fue, de todos, su arte más predilecto. Sin embargo, en su vasta producción literaria, encontramos artículos, crónicas, narrativa y una biografía. La autora se empapó del movimiento artístico de Canarias del franquismo. Pinito del Oro, Pepe Dámaso, Mary Sánchez, Orlando Hernández, Lucy Cabrera Ayala o Yolanda Graziani son algunos de los artistas con los que la poeta entabló amistad o colaboraciones artísticas a lo largo de su vida.

En los últimos años su figura como autora esencial canaria ha sido reivindicada a través de investigaciones como la de Blanca Hernández Quintana, quien conoció en profundidad a la autora y su obra.

Natalia Sosa Ayala: una vida de publicaciones

La poesía y el arte formaron parte de su vida desde la cuna. Hija de Pelegrina Ayala Cabrera y el también poeta Juan Sosa Suárez, la joven se crió en un ambiente intelectual propicio para iniciarse de manera temprana en el mundo de la literatura. Hablemos de sus primeros años: con tan solo 17, cuando la adolescente publicó por primera vez en el semanario lanzaroteño ‘Antena’, algunas crónicas y textos literarios. Un año después, en 1956, comienza a escribir en ‘Mujeres en la isla’, donde aparece su primer poema, “No Dejes de cantar”, dedicado a la cantante folclórica Mary Sánchez. Sus colaboraciones continuaron en esta revista a través de textos narrativos y poéticos, entrevistas y crónicas. En 1959 presenta en El Museo Canario un recital de poesía femenina a cargo de las alumnas de la Escuela Luján Pérez. Su novela Stefanía será editada con portada e ilustraciones de Pepe Dámaso y prólogo de Ventura Doreste, quien dijo que de su obra destaca ‘la claridad, la eficacia y la emoción’.

En 1960 vive en Londres 10 meses trabajando de aupair y perfeccionando su inglés, experiencia sobre la que escribirá diversas crónicas que publicará en la prensa insular. Más adelante trabajaría dando clases de español para extranjeros y traduciendo textos. Aprendió francés y alemán al tiempo que comenzaba una actividad editorial. ‘Cartas en el crepúsculo’, su primera novela, abrirá la veda para su inmersión dentro del mundo de la literatura canaria. A partir de aquí, su nombre comenzó a aparecer en diferentes diccionarios de autores y firmar en revistas de gran tirada como ‘Semana’ durante los años 70, lo que combinaba con su trabajo como profesora o secretaria del colegio Claret.

En 1980 publica Muchacha sin nombre. Colabora en la prensa local, como La Provincia y Canarias7, para este último publica la columna ‘Desde mi desván’, que será editada, junto con otros textos, en 1996 y se va consagrando como autora. A partir de los años noventa, con la llegada de su jubilación, la autora se sumerge en la búsqueda de sí misma a través de la escritura: los poemarios Diciembre, Cuándo es sombra la tarde y Los poemas de una mujer apátrida, se gestan en esta época de mayor calma, madurez, aunque en un estado de salud más delicado. Muere en el año 2000 a causa de un cáncer.

La Editorial Torremozas de Madrid publica No soy Natalia (2018), un libro que recoge los poemas publicados en la revista Mujeres en la isla de 1957 a 1962 y sus libros Muchacha sin nombre y otros poemas y Autorretrato. Recientemente, el Gobierno de Canarias y la Editorial Torremozas publican conjuntamente Soy éxodo y llegada (2021), en el que se incluye su obra de madurez: su libro Diciembre (1992), el tercer capítulo de Cuando es sombra la tarde (1999), que incluye poemas escritos desde 1996 hasta 1997, y el poemario póstumo Los poemas de una mujer apátrida (2003). Soy éxodo y llegada será presentado el próximo día 24 en La Casa de Colón de las Palmas de Gran Canaria.

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